Una de mis prioridades cuando compramos Villa Molona fue conseguir un espacio acogedor y bonito pero, ante todo, SUFRIDO. Es decir, pensado 100% para que mis hijos pudieran disfrutar de la casa sin generarnos estrés a su padre y a mí. Recuerdo mi infancia en casa...
Utilizamos cookies para asegurar que damos la mejor experiencia al usuario en nuestro sitio web. Si continúa utilizando este sitio asumiremos que está de acuerdo.
Más información