Ratón Pérez, Reyes Magos, Papá Noel… ¿mentir o no mentir?

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Se avecina tema delicadete, lo sé. No existe una verdad absoluta, ni una sola forma de gestionar el tema de la “magia” durante la infancia. Pero hoy, a petición de mis molonas, me mojo y os cuento cómo lo enfocamos nosotros en Villa Molona. Repito: que nosotros lo hagamos así no quiere decir que esté bien, ni que sea lo mejor, sencillamente es nuestra forma de tratar este tema en casa. Ratón Pérez, Reyes Magos, Papá Noel… ¿mentir o no mentir? esa es la cuestión.

 

¿Mentir o no mentir?

 

Es cierto que nosotros educamos a nuestros hijos en la confianza, el respeto y el amor incondicional, es decir, con educación positiva. Por eso, algunas personas me preguntan cómo abordamos la llegada del Ratón Pérez, los Reyes Magos o Papá Noel, cuando podría parecer incompatible con nuestra manera de educar.

 

Realmente, en ningún momento me planteo esto como una mentira. Sino como una tradición que yo recuerdo haber disfrutado de niña y de la que ahora quiero hacer partícipes a mis hijos. Sin más. 

 

Pérdida de confianza

 

Estoy de acuerdo en que mentir provoca que podamos perder la confianza en el otro. Por lo tanto, entiendo y respeto a las madres y los padres que deciden no apostar por continuar con esta tradición. De hecho, he visto enfoques distintos, que igualmente son eventos muy especiales para vivir en familia. Por lo tanto, creo que el resto de las opciones son igualmente respetables.

 

En mi caso, prescindir de esta magia, en un momento donde la imaginación no tiene límites, no está dentro de mis planes. En primer lugar, porque disfrutan ellos y disfrutamos nosotros. En segundo lugar, porque al decir la verdad, de alguna forma tienes que hacerles cómplices de una mentira universal. Es decir, si optase por renunciar a la magia de estas tradiciones, tendríamos que buscar la forma de respetar que otros niños sí que crean, por lo tanto, mis hijos estarían obligados a mentir o, mejor dicho, a no revelar la verdad. Me parece demasiada responsabilidad para una niña o un niño. 

 

¿Y si me pregunta si existen?

 

He aquí, creo yo, la parte más importante para no perder la confianza en nuestras figuras de referencia. Si alguno de mis hijos me pregunta, contaré la verdad, toda la verdad y nada más que la verdad. Tal y como me gustaría que hicieran conmigo. Aún recuerdo el día que llegué del cole y le pregunté a mi madre si eran o no reales. Al conocer la respuesta sincera no me sentí traicionada, sino que me sentí como “ya soy mayor”, con orgullo y alegría, vaya. “Ahora conozco la verdad y yo puedo contribuir a que otros niños y niñas, puedan vivir esta magia de creer en la fantasía”. 

 

Hace un tiempo, leí una frase en la cuenta de Marta Segrelles, psicóloga de profesión, que decía así:

Los niños no se traumatizan con lo que les pasa, los niños se traumatizan porque están solos con ese dolor. Gabor Maté.

 

Es decir, si a la hora de “la verdad” nuestros hijos se sienten dolidos, decepcionados, engañados, traicionados, etc. sus adultos de referencia debemos acompañar esas emociones sin negarlas. Porque negarlas no aliviará el dolor. Lo que realmente lo alivia es sentirse comprendido por el otro. Es lícito que sientan tristeza, acompañemos con respeto, empatía y paciencia. Tenéis un artículo muy completo sobre cómo validar emociones que recomiendo que leáis.

 

Cuando llega el momento de la verdad

 

Aunque he visto circular una carta muy emotiva donde, al conocer la verdad, los padres leían a una niña una carta de los Reyes Magos donde desvelan que están muy mayores y que pedían ayuda a sus padres para continuar la tradición, a mí, personalmente, me genera conflicto. Si vamos a conocer la realidad de la tradición y a compartirla con nuestros hijos, no veo la necesidad de inventarnos una carta que jamás hemos recibido de los Reyes Magos, ¿no? 

 

En su lugar, aunque la idea es bonita, nosotros nos hemos propuesto hablar de la tradición, de dónde surge, de sus orígenes y por qué hemos decidido participar en ella. Con honestidad, sin miedo, con seguridad. 

 

¿Cuál es el origen de estas tradiciones? 

 

Según la religión católica, los Reyes Magos acudieron al pesebre a dejar presentes al niño Jesús. Durante años y años, las madres y los padres hemos querido continuar con esta tradición cada 6 de enero. Y ahora, tú formas parte también de esta tradición y queremos contar contigo. De la misma forma que todas las personas han mantenido viva tu ilusión, queremos que nos ayudes a mantener esta tradición viva para que otros niños y niñas puedan continuar experimentando la magia. 

 

En cuanto al Ratón Pérez, su origen se remonta a finales del siglo XIX, cuando el pequeño Alfonso XIII perdió su primer diente y el niño se sintió muy consternado por el suceso. Su madre, la regente María Cristina, en un intento de acabar con “el problema”, encargó al padre Luis Coloma, jesuita y novelista, que escribiera un relato para dotar a la caída de los dientes con tintes fantásticos. En Madrid, de hecho, hay una casita museo del Ratón Pérez que se puede visitar. 

 

El relato giraba en torno al Rey Ruby I que, tras perder su primer diente, lo colocó debajo de la almohada junto a una carta para el Ratoncito Pérez. La historia cuenta cómo el ratón y el niño recolectaban cada noche los dientes de los niños de Madrid para llevarlos a la casita del roedor. 

 

¿Qué decir de Papá Noel? El origen proviene de la figura de San Nicolás, que dedicó su vida a ayudar a los niños. Al parecer, se quedó huérfano siendo niño y heredó una gran fortuna. En lugar de disfrutarla solo para él, decidió repartirla entre los pobres e ingresar en un monasterio como monje. Dedicó su vida a ayudar tanto a la infancia que en la fecha de su fallecimiento, 6 de diciembre, se convirtió en tradición que se repartieran dulces y juguetes entre los pequeños. Como en alemán se pronunciaba “San Nikolaus” lo empezaron a llamar Santa Claus. Lo del cambio de fecha al día 25 no me queda claro. Imagino que cuadraba más unirlo a la Navidad.

 

Conclusión

 

Creo que el vínculo con nuestros hijos no se rompe por mantener una tradición viva. Creo que la confianza se demuestra de otras muchas maneras, en el día a día. Si optamos por educar en positivo, no usar chantajes, no amenazar, no mentirles para conseguir que hagan lo que queremos… entonces, no creo que vaya a suponer un gran conflicto conocer lo que se esconde tras estas tradiciones. 

 

Obviamente, para que esto sea así, si optamos por continuar con la magia, es importante que no amenacemos con “si te portas mal, los Reyes Magos te traerán carbón en lugar de juguetes”. “ Si no te lavas los dientes el Ratón Pérez no vendrá a traerte lo que quieres”. “Si eres malo Papá Noel NO te dejará regalos”. Ante lo que consideramos un comportamiento inadecuado, lo ideal es que sepamos llegar al origen para poder redirigirlo de forma adecuada. Recuerda que los niños no se portan mal, toman malas decisiones. De hecho, cuando un peque “se porta mal” de forma reiterada, lo que está haciendo es pedirnos ayuda. Este tema es extenso y lo tratamos en profundidad en nuestras formaciones, tanto en los talleres presenciales como en la modalidad online

 

Y, si al saber la verdad, experimentan emociones desagradables, actuad siempre con comprensión y sin negar lo que sienten. “Siento que te sientas triste, realmente queríamos vivir contigo esta tradición con ilusión”, hablemos menos y abracemos más. 

¿Cuéntame cómo afrontaste tú ese momento de conocer “la verdad”?

¿Cómo lo enfocáis vosotras/os en casa?

¡Os leo!

 

Si este post te ha gustado, no olvides compartirlo y, por supuesto, dejar tus comentarios 😊

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25 respuestas

      1. Hola, me encanta vuestros póster enhorabuena, yo desde mucho tiempo decidí que contar la verdad a mis hijos de todo, porque con mi hijo el mayor ha pasado una trible cosa que casi mi hijo pierde la cabeza desde este momento cuento la verdad, mi hijo ha dejado su primer diente abajo del almohada y por la noche ha entrado yo sin luces ni nada para ciger d y dejar el dinero mi hijo ha despierto y está escuchando al ratón (yo)dejando algo y con mi dedo empezado de tocarle la cara como me gusta jajaj.pero cuándo salió yo del habitación mi hijo ha soltado un grito de locos y está en una situación brutal llorando tiemblando, ratón estaba aquí y ha tocado mi cara con su cola y llorando fuerte, toda la noche en mis brazos no quiere dormir solo,desde este momento decidí que mis hijos tienen que saber todo los regalos de Navidad lo traemos los padres y abuelos…. no hay ni papa noel ni magos ni ratón esos solo cuentos como todos los cuentos del mundo, no existen.

        1. Y cuando tu hijo de 7 te pregunta delante de tu otro hijo de 4 que aún no se le ha caído ninguno que le contestas?? Imagina mi cara. Por un lado no quería mentir al mayor pero tampoco que mi peque pierda la ilusión sin haberla experimentado nunca…

      2. Muchas gracias, me ha encantado vuestro post. Me quedo con la idea de que el vínculo con nuestros hijos no se resiente, cuando fomentamos tradiciones, que les permiten vivir con especial ilusión la Navidad o un hecho, que podemos considerarlo importante para ellos, como es la caída de un diente.
        En nuestro caso, comparto totalmente vuestra postura.

      3. Yo me enteré y no fui corriendo a contarlo a mis padres porque tenía miedo de que si lo contaba me quedaba sin regalos , tendría 10 años a los 12 nos dejaron de poner regalos. Mis hermanos eran más pequeños pero como ya sabían la verdad, ya no nos regalaban nada 😫. Me sentía fatal. Asiq ahora con mis niñas espero seguir con la tradición muchos pero muchos años. Gracias por el post.

    1. Gracias por este post. Últimamente oía mucho eso de estar traicionando por mentir acerca de esto y me generaba mucho conflicto, porque como dices yo recuerdo vivirlo con mucha ilusión cuando era pequeña. Me encanta que mis hijos también puedan vivirlo.

      Y cuando me enteré me dio mucha pena y me costó aceptarlo. Lloré mucho y mis padres me acompañaron con todo su cariño. Jamás pensé que me habían traicionado ni lo pienso.

      ¡Un abrazo!

  1. Comparto con vosotros esta forma de pensar. No lo considero mentir, sino jugar con su imaginación para que luego ellos, motivados por los recuerdos, sean cómplices en un futuro.

    Gracias por escribirlo.

      1. Comparto con vosotros la forma de pensar y así seguimos la tradición en casa (con 3 peques)
        Temo el momento en que mi mayor nos lanze la pregunta….pero imagino y espero que hablando con naturalidad lo entienda y le haga ilusión ser cómplice y ver que se ha hecho mayor❤️

    1. Pues ayer un compañero de clase le dijo a mi hija que todo es mentira,y yo le pregunté y tú qué piensas? Y me contestó,que es su opinión.
      Tienen 7 años,el niño en cuestión tiene las creencias que vive en su familia,son testigos de Jehová,pero desde mi punto de vista creo que le podían haber explicado que respetará el pensamiento de la mayoría de sus compañeros. No sé si me explico,a otra compañera se lo dijo hace un par de años

      1. Que pena, son aún muy pequeños para que les desvelen la verdad de todo, aún son pequeños para seguir soñando y seguir disfrutando de la magia con esa inocencia.

  2. Justo nos encontramos ahora en éste momento .. es duro tener que explicar la verdad y ver como se derrumba. Ahora mismo no ve ilusión ni magia por ningún lado, me dice que ha estado engañada durante éstos 10 años .. quiero creer que ha sido el choque. Le he explicado con toda mi amor y sobretodo que ahora es cómplice con nosotros para que su hermana pequeña lo siga viviendo como lo ha podido hacer ella. Solo espero que en unos días llegue a cambiar su actitud y siga con nosotros la magia de la navidad.

    1. Imaginamos lo difícil que está siendo para ella y para vosotros. Solo podemos mandaros mucho ánimo para sostener esas emociones. Un abrazo gigante de nuestra parte, familia.

  3. Isa resueno con cada una de tus palabras y así lo hemos vivido en casa. Justo mi chiquita de 10 me preguntó y fue de lo mas bonito poder conversar con ella, primero saber que existe esa conexión emocional y confianza para preguntármelo y para escucharle y validarles sus emociones. Verle en su cara un poquitin de tristeza pero a la vez un brillo en sus ojos para seguir la magia, ha sido maravilloso. Ahora cuando me toque con el pequeñin, no se como será…
    Un abrazo

  4. Con mi hija mayor vivimos un ratito malo porque se enteró sin querer y empezó a decirme que le había mentido y que quería saber la verdad…. le expliqué todo parecido a como lo acabas de contar, porque pensé que si le lograba transmitir mi ilusión por los Reyes Magos aún sabiendo la verdad, se calmaría. Lo que logró calmarla realmente fue cuando le dije que había entrado en el mundo de los mayores y que ahora era muy guay que pudiese ayudarnos a seguir esta tradición con su hermana pequeña y sus primos, eso si, yo seguiría comprándole juguetes como si nada supiese!! jajaja. Os agradezco un montón este post, tenemos visiones parecidas y apunto alguna cosilla vuestra, que me queda todavía la pequeña que con 9 años no tardará en preguntar, solo espero que no sea porque nos pille a los padres en plena faena como la mayor. Gracias!

  5. Hola. Me interesa mucho este tema, pero mi duda es, ¿la noche de Reyes les dices que son unos señores que vienen y dejan los regalos y se van? me chirría porque siento que les cuento una mentira enorme. ¿Les dices que es con ayuda de los papás y con un poco de magia? No sé, sigo teniendo muchas dudas. Lo reflexionaré un poco más, aún queda un poco para Navidad.
    Graciassssss

  6. Joooo, justo ayer me tuve que sentar con mi pequeño Nicolás de 10 años a explicarle el Ratón Pérez, Estuvo con su papi el fin de semana, ya que estamos divorciados y se allí se le cayo el diente. .. y me dijo su papá que teníamos que sentarnos hablar con él, que le notaba que ya lo sabia… pero no lo hizo.. me tocó a mi ayer.. y ¡vaya rato que pasamos!.. Nos abrazamos los dos, yo no podía parar de llorar de la emoción de hablarle de que ya se está haciendo mayor. Se lo explique desde lo mas profundo de mi corazón con todo el amor del mundo, Le dije que la magia nunca debe perderse en nuestros corazones y en nuestra vida, Qué tiene amigos con hermanos pequeño y que por favor sea cuidadoso. Un día el de ayer lleno de ternura, y de un poquito mas de conexión entre ambos. Muchas gracias!!

  7. En mi casa fue muy sencillo, sin dramas ni llantos: cuando en el cole uno de los niños me dijo que los Reyes eran los padres, fui a mi madre y de lo pregunté. Ella me respondió con otra pregunta que creo que fue maravillosa: “eso te han dicho? Y tú qué crees?” Yo le dije que sí que creía en los Reyes de Oriente y me respondió: “pues entonces es que existen”. Unos años más tarde se lo volví a preguntar, me respondió de nuevo lo mismo, y ahí sí le dije “creo que sois vosotros, y los abuelos” y entonces me dijo “pues es verdad, somos nosotros, pero a qué ha sido bonito creer en los Reyes todo este tiempo?” Y no me sentí engañada, porque siempre sentí que esa magia la había creado yo, porque creía en ella, y cuando dejé de creer fue como si se acabara el encantamiento. Así es como me gustaría que mi hijo se sintiera cuando llegue ese momento ♥️

    1. El día de Navidad es la cristianización de unos ritos paganos de origen romano (Natalis Solis Invicti y Saturnalia). Ya en la antigua Roma se hacían regalos a los niños a mediados de diciembre (Saturnalia). Simplemente, como dices, se trasladó el hecho de dar regalos el día 6 de diciembre (nada menos que por un santo) para hacerlo coincidir con el nacimiento de Jesús (del cual no se sabe la fecha exacta, pero pudo ser en verano).

  8. Yo tampoco creo que sea engañar a los niños, y cuando llegue el momento se lo explicaré más o menos como has descrito.

    Aunque voy a tener que sumar otra explicación más.. porque en mi casa me he inventado otra tradición para que empezase a leer cuentos antes d irnos a dormir se los empeze a dejar en la cama y decirle que se los trae una lechuza.

    Así que algún día tendré que explicarle que la lechuza somos nosotros,imagino que será antes de que pregunte por la reyes,

  9. Yo pensando que mi hija la mayor (11 años) lo sabía de sobra, solo se me ocurre decirselo, me dijo que le había dado el disgusto de su vida y ese era el peor día…….. Creo que con mi hija pequeña (7 años) voy a esperar a que me pregunte ella!!

  10. ¡Hola!
    Es la primer vez que te comento un post pero te leo desde hace tiempo. Me encanta la reflexión que haces para llegar a tus conclusiones sobre cómo abordar un tema que, a algunos nos produce contradicciones.

    Vaya por delante, que me parece perfecta esta elección. En el caso de nuestra familia, nuestra forma de entenderlo es la contraria. La vida ,en general y algunas tradiciones, en particular ya son suficientemente bonitas y excitantes sin el componente fantasioso.

    Ya, desde pequeños, me parece más justo atribuir la “suerte” que tienen mis hijos al hecho de crecer en una familia con recursos suficientes como para celebrar el día de Reyes con regalos, que atribuírsela a unos Reyes Magos que no tienen en cuenta a los más desfavorecidos.

    Celebramos el día de Reyes con una gran emoción, igual que cuando yo era una niña que creía en la celebración del día de los Reyes Magos pero que entendía que era eso, una tradición familiar preciosa.

    Cuando llegue el momento del Ratón Pérez haremos lo mismo.

    Siento si me he extendido mucho. La verdad es que me gusta debatir sobre esta cuestión.

    ¡Gracias por lo que haces, Molona!

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