Ahora la decisión es tuya
- Si en casa los gritos, amenazas y peleas se han vuelto parte de la rutina y sientes que pierdes la paciencia más de lo que te gustaría…
- Si cada noche te acuestas con culpa y remordimientos por haber explotado una vez más…
- Si ya lo has intentado todo—negociación, premios, castigos—pero nada funciona y tus hijos siguen sin hacer caso…
- Si has leído libros llenos de teoría, pero sigues sin saber cómo aplicarlo en el día a día…
- Si tu entorno no apoya tu decisión de educar sin gritos ni castigos y eso te hace dudar…
- Si necesitas rodearte de personas que, como tú, quieren educar desde el respeto y que te ayuden a dar el primer paso…